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Iridología
En la mitología griega, Iris es la diosa del Arco Iris, cuyo rol junto con Mercurio, dios de la Medicina, es el de llevar informaciones desde el Olimpo a la Tierra.
En términos modernos se puede considerar el iris del ojo como un arco iris biológico que une los dos componentes de lo humano, el psicoemotivo y el anátomo-fisiológico. En él está la clave, el iris con sus características y con sus cambios eventuales atrajo, sin lugar a dudas, la atención de muchas personas que practicaban la medicina ya desde los tiempos más remotos.
La Iridología es la disciplina que mediante la observación de la estructura, el color y la densidad del iris, permite evaluar las condiciones de salud del organismo en general. También es conocida como IRIDIOLOGÍA y como IRIOLOGÍA. Mediante esta disciplina es posible conocer el estado de los órganos que constituyen al ser humano, que están proyectados sobre la superficie de este diagrama óptico inmerso en el humor acuoso del ojo, entre la córnea y el cristalino, con el orificio pupilar abierto casi centralmente. Se encuentran indicaciones de esta disciplina en los escritos de Hipócrates, en la escuela de Galeno, etc., sin embargo, la primera obra en la cual se habla explícitamente del iris, de sus signos y de sus interpretaciones diagnósticas parece ser la Quiromántica Médica, publicada en el ámbito de la medicina, lo que originó una corriente de proselitistas, tanto en Europa como en los Estados Unidos, además de una literatura clínica amplia y sugestiva.
En realidad la ciencia de la Iridología comenzó con el joven húngaro Ignaz Von Peczely, quien por casualidad "tropezó", cuando solamente tenía 10 años de edad (nació el 26 de febrero de 1826 en Egewar, Hungría), o sea, esto sucedió en el año 1836. Se dice que "tropezó" porque era en ese entonces un niño para darse cuenta de la importancia del encuentro mientras jugaba en el jardín de su casa con un búho. Muy contento tomó en sus manos el ave, mientras ésta intentaba escapar a la vehemente sujeción del joven. El ave clavó sus espolones en la mano del niño, y éste, para librarse de las uñas del animal, sujetó con demasiada fuerza la pata derecha del ave y la rompió. El muchacho, muy asustado, comenzó a mirar fijamente los grandes ojos del búho y observó como súbitamente aparecía una marca negra en la región central del iris (si fuera un reloj lo citaríamos a las seis horas). El iris de los búhos es de color amarillo claro, el cual se vuelve de tono anaranjado cuando se enfurecen. El área que se había oscurecido fue investigada por el joven, y logró entender que correspondía a la fractura de la pata.
Peczely, compadecido del animal, entablilló y vendó la pata rota y cuidó de la fractura hasta su completa recuperación. Se dió cuenta de que a medida que se restablecía la pata, donde había aparecido la mancha negra, aparecían líneas blanquecinas como hilos muy finos y se aclaraba cada vez más la mancha. Mucho después comprendió que este fenómeno se debía a la cicatrización del hueso. Incoscientemente había nacido el "Genio"..., esa mancha negra intrigó la mente fértil del niño y hoy se sabe que el proceso descrito corresponde a a la formación del tejido cicatricial, no sólo en la fractura de la pata, sino en el estroma del iris, que así indica el nexo existente entre éste y la lesión de la pata. Mas tarde, observó que la mancha se había vuelto completamente blanca, y ello correspondía a la curación total de la fractura y que tenía un iris completamente limpio. El incidente produjo un verdadero impacto en la mente del futuro médico, el cual fue familiarizándose con otros signos a medida que comenzó a observar otros ojos en busca de manchas en los iris. Comprendió así, que las condiciones anormales del cuerpo estaban reflejadas en los iris y comenzó a estudiar y diagnosticar con las personas que lo rodeaban y se prestaban voluntariamente a ello. El estudio sistemático de varios casos le reafirmó sus convicciones. Así se "redescubrió" esta ciencia maravillosa que es la Iridología, legada a la Humanidad por esta genio que ya ocupa un lugar importante entre los precursores de la naturaleza